lunes, 4 de octubre de 2010

Historia de la máquina plana.

HISTORIA DE LA MÁQUINA DE COSER.

Antes de la invención de una máquina utilizable para la costura o el diseño de vestimenta, todo fue cosido a mano. La mayoría de los primeros intentos trataron de replicar este método para de coser y en general fue un fracaso. Algunos esperaban que el bordado, donde la aguja se usa para producir un patrón decorativo, no uniese las puntadas. Esta aguja se modificó para crear un buen gancho de acero, llamado aguja en español. Esto se llama crochet en Francia y podría ser usado para crear una forma de cadena puntada. Esto fue posible porque cuando la aguja es empujada en parte a través de tejido y retirada, deja un bucle de hilo. El siguiente punto se pasa a través de este primer bucle mientras crea otro lazo para el próximo punto, esto se asemeja a una cadena, de ahí su nombre.

El primer intento conocido de un dispositivo mecánico para coser fue del alemán Charles Fredrick Wiesenthal, que estaba trabajando en Inglaterra. Se le concedió la Patentes británica N.º 701 en 1755 para un doble señaló aguja con un ojo en un extremo. Esta aguja fue diseñada para ser pasado a través de la tela por un par de dedos mecánicos y comprendidos por el otro lado por un segundo par. Este método de recrear la mano de coser método sufrido el problema de la aguja pasando a través de la trama, en el sentido de toda la longitud del hilo tenía que hacer lo mismo. Las limitaciones mecánicas significan que el hilo tuvo que ser breves, que necesitan frecuentes paradas para renovar el suministro.

La primera máquina de coser fue concebida y patentada en 17901 por el inventor británico Thomas Saint. La máquina de Saint, que estaba diseñada para coser piel y tela, usaba un único hilo y formaba una puntada en cadena. No se usaba aguja sino una lezna para perforar el material que se estaba cosiendo. Otro mecanismo colocaba el hilo a través del agujero, tras lo cual una vara parecida a una aguja con un punto hendido llevaba el hilo a través de la parte inferior, donde un gancho recogía el hilo y lo llevaba a la parte delantera para la siguiente puntada. Cuando el ciclo se repetía se formaba un segundo bucle con el primero en la parte inferior de la prenda, creando así una cadena y el cierre de la puntada. Sin embargo, la máquina de Saint nunca pasó del prototipo.

La primera máquina práctica de coser fue la fabricada en 1829 por el sastre francés Barthélemy Thimonnier. Éste empleaba una aguja en forma de gancho que se movía hacia abajo mediante un pedal y volvía a su posición inicial mediante un muelle. Al igual que la máquina de Saint, ésta producía una puntada en cadena. Cuando Thimonnier instaló 80 de sus máquinas en una empresa de confección, los sastres de París lo llevaron a la quiebra y terminó por morir arruinado en Inglaterra.

La primera máquina de puntada cerrada fue creada por el inventor estadounidense Walter Hunt hacia 1834. La máquina, que empleaba al mismo tiempo una aguja con un ojo en la punta y una lanzadera oscilante, no se patentó en el momento de su invención, de forma que cuando más tarde Hunt intentó obtener una patente, su petición fue desatendida por motivos de abandono.

Trabajando de forma independiente, el inventor estadounidense Elias Howe desarrolló una máquina que contenía los mismos elementos básicos que la de Hunt y la patentó en 1846. Otro inventor estadounidense, Isaac Merritt Singer, patentó una máquina similar y Howe ganó la demanda que interpuso contra él por usurpar su patente. Singer, sin embargo, fue responsable de la combinación de varias patentes en el campo de las máquinas de coser y de sentar las bases para la producción en serie de estas máquinas.

Otros descubrimientos importantes en este campo fueron la bobina rotatoria, que se incorporó en 1850 a una máquina patentada por el inventor estadounidense Allen Benjamin Wilson, así como la alimentación intermitente de cuatro movimientos para hacer avanzar la tela entre cada puntada, que formaba parte de la misma patente. El pie de sujeción, un dispositivo con un muelle a presión para sostener la tela contra la superficie de trabajo, fue desarrollado por Singer después de patentar su primera máquina.

Las primeras máquinas de coser de gran aceptación se accionaban girando una manivela. Más tarde se incorporaron un pedal y un dispositivo de manivela que permitían al operario usar las dos manos para guiar el material bajo la aguja. Las máquinas de coser modernas están equipadas con motores eléctricos que se activan con un interruptor accionado con el pie o la rodilla.

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